Los importamos de Brasil o Argentina

Así como todos debemos estar unidos al rededor de nuestro presidente en estos momentos críticos que atravesamos por los continuos ataques de los guerrillo-dirigentes de los países vecinos, todos deberíamos de apoyar las decisiones que la Dimayor tomó a causa de la constante violencia en los estadios de fútbol colombianos. Honestamente yo no sé qué tan eficaz la norma de no dejar ingresar indumentaria del equipo visitante a los partidos vaya a ser, yo creo que en una sociedad tan violenta como la nuestra camiseta azul, verde o a rayas no hace al desadaptado, sin embargo creo que por fin las directivas del fútbol nacional se percataron que el problema es serio, general y que si no hacen algo la situación se les va a salir de las manos y va a terminar en una tragedia, que no solo acabará con vidas sino que nos traerá una vez más a los colombianos a la picota pública internacional como una sociedad enfermiza que solo vive a la razón de la violencia.

Claro está que esto no es solo un problema de este país, pero desafortunadamente como a nosotros nunca se nos pega nada de lo bueno de los otros, sino al contrario todo lo malo, ahora no hay encuentro futbolístico que se respete en el que no se destruya el escenario y salgan varios espectadores con contusiones. El último caso fue el sucedido la semana pasada en Armenia en un partido entre Atlético Nacional y el Deportes Quindío. Digamos que lo que aconteció en este encuentro fue los que llenó la copa de los dirigentes futbolísticos nacionales. Además de la prohibición a nivel nacional de la entrada de parafernalia representante del equipo que visite a otro, al Atlético Nacional se le sancionó con 2 partidos a puerta cerrada pues los desadaptados que hicieron los estragos en Armenia eran pertenecientes a las barras de este equipo paisa.

De cierta forma entiendo el enojo del presidente del Nacional al argumentar que no se le hace justo que se sancione a su equipo por los disturbios del fin de semana cuando en varias ocasiones han pasado cosas similares y nunca se le hizo nada a nadie, pero ahora que le pasó a su equipo si se produjeron acciones disciplinarias. Sin embargo alguien tiene que ser el primero. La falta de acción y el atolondramiento de la Dimayor en el pasado no pueden ser disculpa para que las cosas cambien y se tomen cartas en un asunto que necesita atención de inmediato.

Lo que si no entiendo es como la organización Ardila Lulle, dueña del Nacional y de Postobón (único patrocinador de la Copa Colombia) amenazó con vender el equipo y quitarle el patrocinio al torneo. A ver, ya parecen que se hubieran educado en la misma escuela de los pusilánimes de Hugo Chávez y Rafael Correa. ¡Que vayan a amenazar a otro lado! Yo espero que la Dimayor no dé su brazo a torcer y menos ante una actitud tan arrogante de parte de los Ardila Lulle. Quien quiera que sea el dirigente de esta organización, si no es el propio Carlos Ardila Lulle, tiene que entender que han habido muertos por estas situaciones y que en este momento no es propicio pensar en sus intereses económicos por encima del bienestar del fútbol nacional y de sus espectadores, que al final de cuentas muy seguramente le traerán aun más ingresos si la situación en los estadios se normaliza.

Yo propongo que si los de Postobón siguen actuando como están actuando, nosotros dejemos de tomar sus refrescos (nosotros también podemos usar la táctica Chávez), ¡como si no hubieran otras cosas para tomar en el mercado, y si no pues lo importamos de Brasil o de Argentina! Cualquiera que lea esto diría que me gusta el fútbol, lo cual no podría estar más alejado de la realidad.