De Rusia con amor




Artyom Savelyev de siete años llegó a Moscú solo con una nota de su madre adoptiva que decía que ya no quería su tutela porque él es violento y tiene graves problemas psicológicos. Mi pregunta es ¿Qué tan cuerda podría estar la americana Torry Hansen de 33 años que decidió devolver su hijo a Rusia porque no resultó ser el niño que ella quería?

La historia comienza cuando a Hansen de Shelbyville, Tennesse se le ocurrió adoptar a un niño ruso. Aparentemente los orfanatos de la nación del vodka no son reconocidos mundialmente por la transparencia al momento de dar información sobre los niños buscando un hogar sin embargo Torry siguio con el proceso adoptivo y resulto con Justin (como decidió llamarlo). Aparentemente el nuevo miembro de la familia resulto ser un chocky de la perestroika, sumamente violento y desadaptado hasta el punto de llegar a amenazar con quemar la casa donde vivían con todos adentro. Mejor dicho parecía que el mismo Putin hubiera sido el que lo crio.

La súper mamá gringa al verse completamente aturdida con el comportamiento de su nuevo hijito le pareció que la opción más fácil era comprar un pasaje a Moscú y empacar a Justin de regreso. Increíble, ya hasta los mismos seres humanos nos volvimos mercancía que si no nos gusta o no nos resulta a la medida sencillamente agarramos y lo devolvemos. Los rusos están trastornados, hasta el punto que quieren parar cualquier tipo de adopción de niños rusos por parte de americanos y honestamente tienen la razón. Por más perturbado que el chico estuviera era la obligación de ella como madre ver cómo ayudar a Justin. Claro, Torry está probablemente más chalada que el mismo niño pero lo que es increible es que las leyes americanas solo dictaminarán si ella quebrantó las leyes dependiendo del pasaporte del chiquillo.

Los estadounidenses no hacen sino restregarle al mundo entero que ellos son la tierra de los derechos, de las oportunidades y de la igualdad. Una vez más hay otro ejemplo que demuestra que esto no es sino propaganda barata. Torry será inculpada de quebrantar la ley solamente si el niño tenía certificado de nacimiento americano. Como quien dice si el niño no había sido nacionalizado que se lo coma el tigre y la mamá puede hacer lo que quiera con el menor de edad, pero si el niño ya estaba certificado como ciudadano "de la gran nación del norte" la mamá no podía haber hecho lo que hizo. Para mí gringo o no a la mujer esta le deberían de quitar los otros hijos si es que tiene y prohibirle intentar ser madre de nuevo, ruso o no ruso.

Yo me pregunto qué pensará una mamá cuando después de dar a luz es informada que su hijo sufre de algún tipo de incapacidad mental o física de la cual nunca se recuperaran. Por más dolorosa que sea la situación una madre que de verdad esté preparada para ser mamá lucharía por ese hijo y trataría de buscar soluciones. Al final de cuentas traer un hijo al mundo es como una lotería y pues a esta inmadura de Tennessee no le toco el premio mayor como si a mi mamá.

1 comentarios:

Alicia dijo...

En efecto los gringos creen en los derechos civiles. como su bandera.. como la razón a proteger..
pero oh sorpresa.. su concepcion de persona es de hecho muy limitada .. persona solo son ellos residenciados y nacidos .. en la usa. con sello de inmunidad mundial
el resto.. solo somos población tercer mundista