El zapato de la vieja Julia



El 26 de Enero se celebró el Australian Day, el equivalente al 20 de Julio colombiano o al 15 de Septiembre mexicano. Gracias a la buena ubicación de mi apartamento pude ver desde mi sala el desfile de celebración y déjeme decirles que nada que ver. Mas organizada era la inauguración de las olimpiadas de mi colegio en primaria. Al parecer lo que normalmente se hace es irse de asado o a la playa, como cualquier otro fin de semana. No sé cómo se celebra en en otras partes de Australia, pero en Melbourne (vi en la televisión) hubo juegos pirotécnicos que al parecer son los más grandes después de los del año nuevo en Sydney. La pólvora termino interrumpiendo el partido entre Federer y Nadal por la semifinal del Australian Open. Hasta antes de los juegos pirotécnicos Federer jugaba bastante bien pero pareció como si todo el humo de los voladores se hubiese ido a su cerebro ya que después de la interrupción nunca volvió a jugar igual, y al final termino perdiendo.

Pero la celebración buena o mejor los acontecimientos interesantes tuvieron lugar en Canberra, la capital. La primera ministra Julia Gillard (de ahí el título del articulo) y el jefe de la oposición el abominable Tony Abbott (hagan de cuenta una combinación entre Lopez Obrador, Petro y Chávez pero con clase y buen estado físico) se encontraban en un restaurante en medio de algún evento. De pronto una multitud de aborígenes comenzaron a golpear las paredes de cristal del restaurante. Los manifestantes querían pasarle la cuenta de cobro a Abbott por haber dado unas declaraciones las cuales ellos consideraban irrespetuosas, sin embargo fue la vieja Julia la que llevo del bulto. Según las noticias la turba ya estaba a punto de romper los vidrios por consiguiente le recomendaron a Julia fue que se tenía que ir, y ella como buena samaritana se preocupo por la suerte de Abbott. Por coincidencia una cámara capturo el momento en que la primer ministro le dice a los de seguridad y a Tony que sin él (Tony) no se va (por favor nótese que no hay comillas, pero la idea era esa). Ya cuando se ponen de acuerdo por donde van a salir se dan cuenta que están rodeados por la multitud así que el circulo de seguridad de los políticos tuvo que romper el tumulto para tratar de sacar a los dirigentes. Durante el tire y afloje Julia perdió su zapato cual cenicienta, solo que no era de cristal sino de gamuza azul.

Por supuesto que en esta era de las telecomunicaciones y vídeos, a los poco minutos de los acontecimientos ya todos sabíamos que la Julia iba montada en un carro con solo un tacón y muy seguramente con la media rota, pero afortunadamente en buen estado. Ahora el problema es que no se sabe que va a pasar con el zapato, y no estoy mintiendo cuando digo que el tema apareció en la primera plana de varios medios de noticias. Este es el dilema: algunos miembros de la comunidad aborigen quieren devolverle el zapato a Julia con la actitud más conciliadora del mundo entero, esperando que la primer ministro acepte y la entrega de la zapatilla simbolice como en la cenicienta un acto de reencuentro y amor (o como en fiesta de quinceañera mañe que se respete, el paso de niña taimada a loca declarada), pero otras facciones ya dijeron que la princesa se olvide del escarpín porque no se lo van a devolver. Que más bien lo van a subastar en ebay y que lo que consigan de dinero lo usaran para la causa. ¿Será que estos locos no se han dado cuenta que es un zapato non de gamuza azul? ¿Quién paga por eso? Pero bueno seguro le aparecerá comprador, porque en la viña del señor se ve de todo. Quizás un taxista para ponerlo en el tablero del carro o un busetero para colgarlo del espejo retrovisor, ya veremos. Lo que sí es cierto es que a la Julia se le vio asustada y caminando como borracha desbalanceada (además del chichón con el que debió amanecer porque se golpeo subiéndose al carro), pero lo importante es que está bien, al final si quiere conseguir un tacón de gamuza azul non, pues que lo compre en ebay!

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