Una palmada y termina en la cárcel



Así como el capitán del Costa Concordia que va a terminar en la cárcel van a haber miles de padres australianos que podrían encontrarse encarcelados ya que hay una propuesta en trámite legislativo para criminalizar a todos aquellos que le den palmadas a sus hijos. Según dicen por ahí un pescozón bien merecido tiene consecuencias funestas para el desarrollo de un culicagado mal portado. Yo personalmente no estoy de acuerdo con castigos físicos pero supongo que habrá circunstancias en las cuales podrían estar justificados, sin embargo estoy completamente opuesto a enviar a prisión a alguien que no sabe cómo educar a sus hijos y recurre a lo que los extremistas llamarían violencia. Lo normal, uno diría, es que los padres recurren a esto solamente cuando por frustración se agotan las ideas para corregir algún comportamiento, pero la verdad es que hay mocosos que se comportan de tal forma que a mí mismo me provoca como darle fuerza a los papas para que los zarandeen o ¿quién no lo ha pensado silenciosamente muchas veces cuando por motivos del destino le toca a uno presenciar un berrinche interminable?

Eso de que los niños quedan traumatizados se me hace un argumento muy flojo, pero si de verdad hay alguien que lea este blog y que quedó traumatizado por unos correazos que por favor se identifique, porque en lo que a mí respecta no pasa absolutamente nada y esto lo aseguro como receptor de palmadas y correazos durante mi niñez. Al final resulte como un samaritano más, común y corriente. Es lo mismo que ese cuento que la televisión de hoy en día es la que hace que los niños sean más violentos, que los juegos de video los hacen ser más de una forma, que tanto sexo por todas partes los afecta de otra manera, la verdad todo eso no se me hace más que chorradas. Para eso hay algo que se llama paternidad. Yo me acuerdo que después de determinada hora no podía ver más televisión porque los programas no eran aptos para mí y si habían juegos violentos la verdad no me los compraban y sinceramente creo que ni me interesaban (lo más violento que jugaba era con la pistola de nintendo para matar patos). A lo que quiero llegar con esto es que al igual que hoy habían miles de cosas que no son aptas para todo el mundo y como yo no podía ni sabía que era lo indicado tenia a alguien que me guiaba en ese descubrimiento, y eso es a lo que los papas juegan cuando traen a un bebé al mundo. Es muy fácil para los papás de tantos niños con problemas condenar al internet y la sociedad en que vivimos, pero eso es solo una manera sencilla de lavarse las manos y no aceptar ninguna responsabilidad. Pero lo siento, nadie les dijo que se volvieran papás, porque si no se dieron cuenta antes de meter las patas la responsabilidad que se echaron al hombro era para toda la vida.

Pero volviendo al caso de la palmada encarceladora, estas son las razones por las que no estoy de acuerdo: primero en un momento de rabia si al chamaco le da por llamar a la policía entonces ya el papá o la mamá quedo con antecedentes penales y yo siento que al darle este "poder" al niño la relación padre-hijo cambia completamente porque rompe el esquema en el que el adulto en cierta forma comanda el camino del pequeño, lo cual es lógico porque se supone el mayor conoce más y posiblemente tiene mayor capacidad para tomar decisiones correctas para el bienestar del menor. Igual yo hablo de todo esto desde afuera porque no tengo hijos sin embargo esta nueva ley en cierta forma afecta a toda la sociedad porque si voy por la calle y veo a un papá dándole un porrazo a su hijo y no lo reporto entonces ¿eso me hace cómplice de un crimen? No lo comparto.

Es claro que si hay el loco desquiciado que no hace sino maltratar a los hijos además de abusarlos pero se me hace que la justicia debería más bien de ocuparse de esos desadaptados y no de los papas que recurren a una palmada llena de amor (que ironía, pero como se dice porque te quiero te aporreo) para educar a sus hijos. Veremos que deciden los legisladores.


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