Uno de los incentivos de este viaje era poderme encontrar con amigos con los cuales llevaba varios años sin verme. La primera de estas reuniones sucedió con una amiga de la preparatoria a la cual llevaba más de 13 años sin ver. Como ella vive en Madrid fue ella quien me dio el sitio para encontrarnos y yo muy puntualmente como acostumbro estuve en el punto de encuentro 5 minutes antes de lo acordado. Pasaron unos diez y minutos y la inseguridad comenzó a entrarme. La típica pregunta de si estaré en el lugar correcto o si la reconocería después de tanto tiempo sin vernos comenzaron a rondarme la cabeza, unos minutos después había ella llegado y bueno la inseguridad se desvaneció instantáneamente.
Sin embargo anoche no corrí con tanta suerte. Estoy en Valencia, donde se están llevando las fiestas de la ciudad, las famosas Fallas y la cantidad de gente es inimaginable, para que se hagan una idea es como en San Pedro en el Tolima pero en una ciudad muchísimo más grande que Ibagué. Quedamos de encontrarnos a las 22:30 en la plataforma 3 de la estación del tren. Llegué un minuto retrasado pero igual mi amigo, del cual por cierto si me acordaba porque hacía un año lo había visto, es famoso por su impuntualidad, sin embargo uno siempre guarda la esperanza que algunas cosas cambien. Después de 15 minutos las preguntas comenzaron de nuevo sobre la ubicación, la hora, etc. Yo decidí esperar 45 minutos pero al final no llegó e increíblemente en estos momentos de la telefonía móvil por distintas circunstancia me fue imposible llamar al celular así que no nos pudimos encontrar.
Después hablamos y ya aclaramos la razón del retraso y corroboré que yo si estaba en el lugar predeterminado, sin embargo mientras esperaba me puse a pensar que debería de haber un acuerdo social internacional en el cual se estipula cuanto uno debe esperar para así no ser acogido por dudas y preguntas. ¿Cuánto debe uno esperar? Esto ayudaría a que el que está esperando no le de incertidumbre y al que están esperando que se dé por vencido si no va a llegar dentro del tiempo determinado. Igual lo óptimo sería que uno nunca tuviera que esperar a nadie, pero bueno esas cosas pasan. Solo espero que cuando acuerde otro encuentro con mi amigo, esta vez si nos podamos ver a pesar de la muchedumbre de las fiestas locales. Ya les contaré.
¿Cuánto se debe esperar?
domingo, 15 de marzo de 2009 | Publicadas por Prometeo a la/s 7:50 p.m.
Etiquetas: relaciones, vida
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1 comentarios:
Aquí traspaso un comentario hecho por una amiga en el grupo del Complejo de Prometeo de Facebook que se me hizo muy valedero.
el tiempo de espera es directamente proporcional al interés del que espera.
Si bien el que espera desespera, el hacer esperar, dentro de ciertos límites, aumenta la expectativa, el deseo de saber, lo inesperado y bajo el efecto de la adrenalina surgen nuevas sensaciones.
De todas maneras pienso que hay dos tipos de personas las que esperan y las que se hacen esperar... Yo siempre espero ......de hecho estoy esperando...
Un abrazo
G
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