La Rana sin ley

Les presento a Rana (foto arriba y única Rana que ladraba), la Jack Russell Terrier que compramos hace unos días y la cual se nos fue a los 4 días de haberla traído a casa de tan solo 55 días de nacida. Ranita se puso mal y nos toco llevarla a la veterinaria de urgencias donde al final falleció el 13 de Octubre. En mi casa hemos tenido perros un par de lustros y sé que las personas que han tenido cualquier tipo de mascota se identificarán con lo que voy a escribir, pues esa unión la entiende solamente el perro, o gato, o pájaro y el amo.

Contrario a la enfermedad o muerte de un ser humano, siento yo que la procesión y dolor son mil veces más personales (ojo, no estoy diciendo más duros), pues en el caso del familiar o conocido son muchas personas las dolientes y mucha gente "supuestamente" sufre el dolor que uno siente, ya que el muerto muy seguramente fue conocido por mucha gente. En el caso del perro (uso este animal porque son los que más conozco) para mucha gente el animal no representa otra cosa más lo que es; un perro, pero para uno como amo la mascota se convierte en el hermano, el amigo, el compañero o el hijo.


Les presento a Sarita, la beagle de mi hermana que desafortunadamente corrió con la misma suerte de Rana y los síntomas que presento a las dos semanas de llegar a su nuevo hogar, también la terminaron matando. ¿A qué viene todo esto? Bueno pues al parecer no hay leyes que especifiquen a qué edad un animalito recién nacido pueda ser alejado de su madre, ni normas que estipulen básicos parámetros de vacunación y desparasitación. Lo que se usa ahora es dejar a la cría con la mamá el menor tiempo para sacar los cachorros a la venta lo más rápido posible.

Por supuesto que la relación hijo-madre en el reino animal es muy distinta a la de los humanos pero al igual que con los bebes, ese período de lactancia es fundamental para el desarrollo del recién nacido. A mi juicio es ese temprano destete lo que hizo que los sistemas inmunológicos de tanto Sarita como Rana no se desarrollaron como debería ser antes de tener que afrontar virus y parásitos en el mundo lejos de su mamá. Por supuesto que yo no soy veterinario y lo que escribo aquí es basado en las traumáticas experiencias que he vivido pero de cualquier forma es inaudito ver como una industria de miles de millones de dólares mundialmente, solo en los Estados Unidos $38.5 billones anualmente, que influye a tanta gente en el planeta, en España más del 41% de los hogares tienen una mascota y con repercusiones tan traumáticas como las que me toco vivir la semana pasada, no tiene regulación alguna.

Además de estos hechos hay que sumar la crueldad hacia el animal, pues solo para citar algunos ejemplos: los rotweillers se les corta la cola al nacer y a los doberman se les operan las orejas para que les queden en punta. Afortunadamente estas mutilaciones están siendo erradicadas. Sin embargo en un reciente viaje a Vietnam vi como Thit Cho era ofrecido en cualquier chuzo llamado restaurante. Thit Cho es vietnamita para carne de perro, la cual es consumida por todas partes y según los taxistas que me mostraron Saigón y Hanói, las condiciones en que estos animales son sacrificados son infrahumanas. No olvidemos la China, donde los animales son expuestos a los peores tratos, pero este tema es tan extenso que un simple párrafo en un artículo no es suficiente.























Y ya para terminar, les presento a los otros 3 perros de mi casa (3 primeras fotos), Martin, Maya y Nina. Aunque no llenan el vacío que Rana, Sarita, Tábata y Rita (estas dos últimas fueron las primeras mascotas que tuvimos, que ya murieron de viejas) dejaron, si hacen que a uno se le haga increíble que hayan personas que se dediquen a maltratar animales, cuando estos no son sino felicidad y compañía.

Video de Rana recién llegada a casa